Uso racional de antimicrobianos en raciones: una oportunidad

Introducción:

Históricamente la industria de la nutrición animal acompañó los desafíos sanitarios de las granjas porcinas
con la inclusión sistematizada, en forma preventiva o curativa, de diferentes antimicrobianos con mecanismos
de acción enfocados especialmente a bacterias enteropatógenas (E. Coli, Salmonella, etc.). Entre las drogas
más ampliamente utilizadas, se pueden mencionar la colistina, neomicina, tetraciclinas, quinolonas, etc.
Otro de los usos ampliamente difundidos de los antibióticos es el de promotor de crecimiento, entendiéndose
como mejoradores del desempeño zootécnico de los animales; aunque todavía permanecen desconocidos
algunos de los mecanismos de acción, es globalmente aceptado que causan una modificación en la flora
digestiva del animal sobre el que actúan.

El concepto “one health” (“una salud”), recientemente utilizado por la OIE (Organización internacional de
sanidad animal) y otros organismos mundiales relacionados tanto a la salud humana como animal, tiene sus
orígenes en el siglo XIX, cuando dos destacados patólogos (Rudolph Virchow y William Osler) comenzaron a
dilucidar las relaciones entre las enfermedades de las personas y los animales, dando origen al término
“zoonosis”. Al respecto, hoy sabemos que las zoonosis, o enfermedades de los humanos transmitidas por lo
animales salvajes o domésticos, representan el 60 % de los agentes causales de enfermedades en el
hombre:

Cuadro Salud

Recientemente, la alianza estratégica entre los OIE, OMS (organización mundial de la salud) y la FAO
(Organización de las naciones unidas para la Alimentación y la Agricultura) estableció que la manera más
eficaz y económica de combatir los patógenos zoonóticos es a través del control sobre la fuente animal y el
medio ambiente donde se encuentran alojados, en el marco conceptual de “One health”.
Un aspecto que se desprende por carácter transitivo, comprende la utilización de antimicrobianos en
producción animal. En términos simples, un antibiótico (derivado de los términos griegos avti: opuesto y
biotikos: de la vida) se define como una sustancia química producida por un microorganismo o en forma
sintética que es capaz de matar o inhibir el crecimiento de microorganismos sensibles, generalmente
bacterias.
El mecanismo natural de supervivencia generado por las bacterias incluye la mutación de ciertos genes y el
traspaso de esa información entre ellas, lo que da lugar a la aparición de resistencia a los antibióticos. Este
mecanismo puede verse acelerado o incrementado por el uso inadecuado de los antimicrobianos, tanto en
salud animal como humana, dando lugar a la aparición de resistencia, definida por sus siglas como RAM
(resistencia antimicrobiana). El uso inadecuado incluye: subdosificación, utilización durante períodos de
tiempo mayores o menores al necesario, interacciones entre drogas incompatibles, uso no dirigido a
microorganismos específicos, etc. La generación de RAM, tanto por su uso en humanos como en animales,
junto con la falta de nuevos medicamentos, actualmente causa la muerte anual de 700.000 personas, cifra
que trepará a 10.000.000 de personas en el año 2050, de acuerdo a Review on Antimicrobial Resistance
(2014).

Cuadro One Health

En el siguiente gráfico, elaborado por SENASA, se observa un relevamiento de RAM efectuado en porcinos,
aves y rumiantes en el año 2017 (n: 200 aves, 200 cerdos, 200 bovinos):

En consecuencia, la legislación Argentina dictamina dos definiciones importantes con alcance en nuestro
sector:

  • Prohibición del uso de colistina por su importancia crítica en salud humana.
  • Restricción del uso de antimicrobianos como promotores de crecimiento.
  • El uso de colistina en las raciones pre iniciales e iniciales es una práctica extendida en nuestro país; la nueva
    reglamentación debe ser tomada como una oportunidad para contribuir coherentemente al concepto
    anteriormente mencionado de “one health”.

    Salud intestinal:

    El proceso de la digestión de los alimentos es un gran desafío para la vida: los nutrientes, que se encuentran
    inmovilizados en forma de estructuras macromoleculares como proteínas, azúcares y grasas deben ser
    mezclados con los jugos digestivos que contienen ácidos, enzimas y otras sustancias, que permiten
    hidrolizarlos en partículas de menor tamaño para poder absorberse y aprovecharse para el mantenimiento, el
    crecimiento y la reproducción (Silva Jr., 2009).
    La maximización de la productividad, entendida como el resultado de la expresión del máximo potencial
    genético a bajos costos, implica la utilización de dietas complejas, de alta densidad nutricional que permitan
    proveer de energía y nutrientes para alcanzar la demanda elevada y el bajo consumo, características propias
    de los animales al momento del destete (Novak et al. 2007).

    En este complejo proceso, la flora digestiva es esencial para lograr un estado de bienestar, salud y
    aprovechamiento de nutrientes, ocurriendo en forma coordinada con procesos físico/químicos para logra una
    digestión eficiente (Sklan y col., 2002; Smulders y col., 2000; Hooper y col.; Metzler y col., 2008). La
    microflora intestinal del cerdo es diversa y compleja, estimándose que el número total de microorganismo en
    el colón es del orden de 1 × 10 10  – 1 × 10 11   por gramo de contenido intestinal (Gaskins y col., 2002). Esta
    composición se establece luego del nacimiento del lechón y está influenciada por numerosos factores como el
    tipo de dieta, la utilización de pre y probióticos, la administración de antibióticos, línea genética, stress, etc.
    En el pos des destete, el lechón experimenta un cambio rápido en su flora microbiana, asociado
    fundamentalmente al cambio de la dieta, que muda de líquida y simple a sólida y compleja; este hecho está
    acompañado por cambios fisiológicos en la estructura y función del intestino (Pluske y col., 2013), tornándolo
    susceptible a la aparición de diarreas y procesos entéricos. La flora microbiana del lechón lactante es
    conocida como microflora orientada a la leche (Steven y col., 2015). Es interesante mencionar que hay
    evidencia reciente que indica la contribución a la aparición diarreas a través de la flora microbiana normal,
    además de los microorganismos patógenos conocidos. En este orden, algunas investigaciones sugieren que
    la composición de la microflora intestinal podrá utilizarse como un biomarcador que permitirá predecir la salud
    del animal (Dou y col., 2017) y probablemente también su desempeño zootécnico. Cabe mencionar que las
    investigaciones de la microflora en lechones lactantes interesan particularmente en el área de salud
    pediátrica por la similitud de la leche materna humana con la porcina, además de las analogías y fisiológicas
    del aparato digestivo y órganos anexos.

    La anorexia, normalmente asociada a este momento, en la etapa comúnmente denominada “fase aguda del
    destete”, exacerba los cambios en la flora digestiva mediante fenómenos inflamatorios (McCracken y col.,
    1999; Zeng y col. 2017). El sistema inmune localizado en el aparato digestivo, reacciona generando radicales
    de oxígeno, los cuales son transformados en nitratos, que son utilizados por ciertas especies de
    enterobacterias patógenas. También se ha demostrado que algunas variedades de Escherichia Coli y
    Salmonella inducen inflamación en cerdos con una “disrupción” de su flora microbiana (Drumo y col., 2015;
    Arguello, 2018).

    Adicionalmente, cambios en la composición de la dieta influyen de manera significativa en la composición de
    la microflora: han sido relatados los efectos beneficiosos de dietas que contenían alfalfa (rica en celulosa y
    polisacáridos no amiláceos solubles) en lechones lactantes y destetados: diminución de Streptococus suis y
    aumento de Cropocus, el cual compite con los Clostridios por compartir rutas metabólicas (Liu y col., 2018).
    Prebióticos, probióticos y simbióticos:
    Pueden definirse a los probióticos como microorganismos vivos, que cuando son administrados en
    adecuadas cantidades, generan beneficios a la salud del hospedador (FAO, 2002). Los prebióticos, son
    ingredientes selectivamente fermentados que permiten cambios en la composición y/o en la actividad de la
    microflora intestinal y confieren bienestar y salud al huésped (Roberfroid, 2007). La combinación de ambos, a
    menudo se conoce como simbióticos.

    Los mecanismos de acción son numerosos e incluyen (Guevarra y col., 2019):

    1. Modificación de la microflora mediante la producción de ácidos grasos volátiles que modifican el pH
      intestinal.
    2. Inhibición competitiva de los sitios de adhesión de patógenos.
    3. Producción de antimicrobianos y estimulación del sistema inmune del hospedador.

    Algunos trabajos sugieren que el principal efecto beneficioso se encuentra mediado a través de la
    modulación de la microflora intestinal (Guevarra y col., 2019); en contraposición algunas investigaciones no
    fueron concluyentes sobre el tema (Kenny y col., 2011).
    Presente, desafíos y oportunidades:

    A nivel global, la producción animal está llamada a abastecer las necesidades de proteína de una población
    humana cada vez mayor. Por otro lado, el concepto integrador de “one health”, lleva cada día más a utilizar
    los antibióticos de manera estratégica y dirigida. Sin dudas, el uso de los mismos continúa siendo una
    herramienta fundamental en la producción porcina, que actualmente no encuentra sustitutos en la terapéutica
    o prevención de ciertos patógenos. Sin embargo, debemos centrar nuestros esfuerzos en el diagnóstico, la
    prevención, la bioseguridad, el manejo adecuado, la nutrición de precisión y la educación del personal como
    pilares para adecuarnos a las demandas de un mercado cada vez más exigente.
    En referencia a las tecnologías disponibles en nutrición animal, el campo referido a la modulación de la
    microbiota intestinal tal vez sea el de mayor crecimiento en los últimos años; especialmente con la utilización
    de pre y probióticos en las raciones pre iniciales e iniciales. La bibliografía muestra resultados inconsistentes
    de acuerdo a la fuente consultada. Esto puede deberse a varios factores, entre los más importantes a
    destacar se encuentran el desafío sanitario, la complejidad de las dietas, el delineamiento experimental de los
    ensayos realizados y los objetivos buscados.

    Particularmente desde el área de I+D, dedicamos buena parte del último año en nuestras unidades
    experimentales (recría bajo sistema tradicional y sistema wean to finish) a la evaluación y desarrollo de
    innovaciones tecnológicas que permitan mantener el desempeño de los lechones las primeras semanas en el
    pos destete mediante alimentos sin colistina, con antibióticos alternativos y libres de antibióticos. Rompiendo
    algunos paradigmas, las experiencias resultaron positivas para las alternativas a la colistina y otros
    antibióticos en general: en todos los ensayos los parámetros de desempeño zootécnico y score fecal fueron,
    en el peor de los casos, iguales a los tratamientos que contenían colistina; varios indicadores de varios
    ensayos fueron estadísticamente superiores para los tratamientos alternativos. Cabe destacar que algunos
    experimentos se realizaron con alto desafío (corrales contaminados con materia fecal, bajos pesos de inicio,
    temperaturas por debajo del punto crítico inferior). La etapa de validación en condiciones de campo, siempre
    necesaria previa a la instauración de los planes nutricionales en granjas comerciales, confirmó los resultados
    obtenidos en condiciones experimentales. Algunos datos necesarios a evaluar, como histomorfometría
    intestinal están en proceso de ejecución.

    A continuación, se exponen resultados productivos obtenidos en algunos de los ensayos realizados:

  • Ensayo 63: Reemplazo de colistina en raciones pre iniciales en animales sometidos a stress por frío
    (temperatura media de sala: 20,7 C durante los 22 a 33 días de vida):
  • Grafico Ensayo 63

  • Ensayo 65: Reemplazo de colistina en ración pre inicial I en animales desafiados sanitariamente:
  • Grafico Ensayo 65

  • Ensayo 67: Reemplazo de colistina en raciones pre iniciales con simbióticos:
  • Grafico Ensayo 67

    Notas: CDR: consumo diario de ración; GDP: ganancia diaria de peso; CA: conversión alimenticia.

    Conclusiones:

    Nuestro objetivo como sector de producción animal debe ser contribuir con los avances científicos y técnicos
    que se generan en un mundo cada vez más globalizado, entendiendo que es la forma a largo plazo de lograr
    una industria rentable y sustentable. Cada uno de nosotros debe trabajar desde su área con el mismo objetivo
    en común.

    MV. Msc. Santiago Capalbo.
    Director Técnico Bioter S.A

    Materias primas para elaboración de alimentos

    Los principales ingredientes que componen las dietas para cerdos en Argentina son el maíz como
    fuente energética mayoritaria, los subproductos de la extracción de aceite de soja (harina, expeller y
    pellets) como fuente proteica y aceites vegetales (aceite de soja) como concentrados energéticos en
    dietas que así lo requieran.

    MATERIAS PRIMAS ENERGÉTICAS:

    El maíz es el grano más accesible en nuestro país, aunque por diferentes circunstancias de precio,
    región geográfica y disponibilidad, se utilizan también sorgo, trigo, avena y cebada en diversas
    formulaciones. Estos cereales son ingredientes de importancia, ya que ocupan un porcentaje de
    inclusión elevado dentro de las dietas para cerdos; la característica principal es su alto valor
    energético, aportado principalmente por el almidón y la grasa, presentando diferencias respecto a
    su composición entre los diferentes cultivos. Algunos de ellos presentan limitaciones en su uso
    debido a la falta o baja presencia de enzimas digestivas en los animales que dificultan la ruptura de
    enlaces químicos para que se liberen nutrientes, siendo aconsejable la utilización de enzimas
    exógenas (β-glucanasas, xilanasas, proteasas, fitasas) para un mejor aprovechamiento de los
    mismos.

    El maíz se caracteriza por su alto valor energético, buena palatabilidad y baja presencia de factores
    antinutricionales; el nivel de inclusión dentro de las dietas (50 a 70 %) influencia de forma
    significativa la calidad de la misma, aportando el 63 % de la energía metabolizable y 25 % de la
    proteína en dietas de engorde.

    Rostagno, señala que los granos dañados tienen peor valor nutricional en comparación con el grano
    normal debido a los cambios en su composición química, con reducción de biodisponibilidad de
    algunos nutrientes, presencia de factores antinutricionales y la proliferación de hongos con o sin
    producción de micotoxinas. Por ello, analizar el tipo de grano que utilizamos en nuestras
    formulaciones es importante, ya que granos quebrados poseen 90 Kcal de Energía Metabolizable/Kg
    menos que los granos enteros (Dale, 1994), También es importante evaluar las condiciones de
    almacenamiento (temperatura, humedad, acciones de hongos, insectos) ya que si estas son
    inadecuadas, pueden disminuir de 5 a 25 % la Energía metabolizable del maíz (Krabbe, 1995).

    Las grasas de origen animal y derivadas de oleaginosas son muy utilizadas en nutrición animal.

    La soja y el girasol son los cultivos de oleaginosas más importantes en nuestro país, siendo la primera la
    de mayor crecimiento y volumen, colocando a Argentina dentro de los principales exportadores a
    nivel mundial.

    La industria acompaño este crecimiento por lo cual el aceite de soja es un insumo disponible en las zonas productoras de cerdos.

    El aceite se obtiene a partir del prensado y o extracción por solvente (Hexano) del poroto de soja.
    El aceite obtenido contiene 99,6 % de grasa y una cantidad importante de ácido linoleico (52,57 %)

    (Rosatgno, 2011).

    La inclusión en las dietas tanto de engordes como de reproductoras, permite alcanzar niveles
    energéticos deseables en situaciones particulares, como ser, animales con bajo consumo debido a
    condiciones ambientales, cuando se quiere reducir la conversión alimenticia, hembras lactantes de
    alta producción láctea y bajo consumo, etc.

    Es importante controlar la calidad del aceite a utilizar, ya que cualquier alteración influye y perjudica
    el desempeño de los animales. Controlar la acidez (índice de acidez) determina el contenido de
    ácidos grasos libres, siendo una medida del deterioro del aceite; y el índice de peróxidos, que mide
    la rancidez oxidativa del aceite, la cual implica transformaciones químicas que cambian las
    características organolépticas.

    MATERIAS PRIMAS PROTEICAS:

    Las fuentes proteicas de elección en Argentina son los subproductos sólidos derivados de la
    extracción industrial del aceite al poroto de soja, por medio de procesos mecánicos, térmicos y
    solventes químicos, de los cuales se obtienen expellers, harinas de extracción y pellets.
    Los procesos por los cuales se extrae el aceite de soja son por presión (prensa y/o Extrusado) donde
    el subproducto sólido resultante es el expeller de soja, y la extracción en base a aplicación de
    solventes (Hexano) donde se obtienen la harina de soja como subproducto sólido. Los pellets son
    comprimidos en forma de cilindro que pueden provenir de cualquiera de las anteriores, también de
    combinación de procesos (Presión-Solvente).

    Estos subproductos obtenidos son una alta fuente proteica, aportando aminoácidos esenciales
    necesarios para las dietas de los cerdos. Su calidad es variable dependiendo de los procesos de
    elaboración y de la calidad del poroto de soja (materia prima).

    Los niveles de inclusión en las dietas para cerdos en engorde varían entre 20 % a 37 %, aportando
    entre un 40% a 70% de la proteína bruta y 20% a 28% de la energía metabolizable de la dieta.
    Los derivados de soja son ingredientes altamente palatables, sin embargo si no son procesados
    correctamente presentan inconvenientes debido a su contenido de oligosacáridos que no son
    digeridos, factores antitripsicos y factores alergénicos (glicina y β-conglicina), presentes en el poroto
    de soja. La soja contiene una alta concentración de carbohidratos que consisten en polisacáridos no
    amiláceos (PNAs) y azúcares libres (oligosacáridos), siendo estos uno de los principales factores
    responsables del efecto antinutricional de la soja (M. Choct et al 2010).

    Los cerdos no tienen enzimas endógenas capaces de digerir ciertos oligosacáridos, la fermentación
    de estos pueden causar flatulencias y diarreas. (Zhang et al 2003)

    La industria ha desarrollado procesos térmicos y biotecnológicos capaces de disminuir o eliminar
    estos factores antinutricionales logrando subproductos de buena calidad con un alto aporte de
    aminoácidos.

    Es conveniente estipular un muestreo rutinario para control en laboratorio de la calidad de estas
    harinas de soja, para asegurar que no se haya perjudicado el perfil de aminoácidos, permitiendo
    lograr los desempeños esperados en la granja.

    M.V. Marcelo Pooli
    Dpto. Técnico Bioter S.A.

    Referencias Bibliografíacas:

  • K. E. BACH KNUDSEN AND INGE HANSEN. Gastrointestinal implications in pigs of wheat and oat
    fractions. British Journal q/ Nutrition (I 991), 65, 21 7-232
  • LIMA de M. Gustavo J.M., Souza de, Osny Waltrick. IMPORTÂNCIA DA QUALIDADE DE GRÃOS NA
    PRODUÇÃO DE SUÍNOS. Embrapa Suínos e Aves. [email protected]
  • M. Choct, et al. Soy Oligosaccharides and Soluble Non-starch Polysaccharides: A Review of
    Digestion, Nutritive and Anti-nutritive Effects in Pigs and Poultry. Asian-Aust. J. Anim. Sci. Vol. 23,
    No. 10 : 1386 – 1398 October 2010
  • José María Mendez y col. Procesamiento del grano de soja en la provincia de Santa Fe mediante
    extrusado y prensado. INTA EEA OLIVEROS 2010
  • Débora Cristine de Oliveira Carvalho y col. Composição Química e Energética de Amostras de Milho
    Submetidas a Diferentes Temperaturas de Secagem e Períodos de Armazenamento. R. Bras. Zootec.,
    v.33, n.2, p.358-364, 2004
  • Rostagno Horacio, y col. Tablas Brasileñas para aves y cerdos. 3era edición. Vicosa, MG, Brasil-
    Marzo 2011.
  • Necesidades nutricionales de los cerdos

    La evolución genética porcina de los últimos años ha cambiado los parámetros productivos
    de las granjas; la nutrición debe acompañar estos cambios para cubrir los requerimientos
    actuales de las diferentes líneas genéticas, teniendo como meta mejores desempeños y
    eficiencia, para lograr rentabilidad.
    El propósito de la formulación de dietas balanceadas es lograr un alimento que contenga
    niveles nutricionales que cubra los requerimientos de la genética presente, teniendo en
    cuenta el estado fisiológico de los animales, sanitario, condiciones ambientales, manejo y
    objetivos productivos.
    Para lograr este objetivo en las dietas de las diferentes categorías, utilizamos la matriz
    nutricional de los ingredientes a incorporar, recurriendo a los valores de referencia de
    diversos organismos como NRC, INRA, Universidad de VIÇOSA, etc, que nos brindan
    información actualizada sobre los requerimientos nutricionales de los cerdos, los cuales se
    deben adaptar a las condiciones reales de cada granja y objetivos técnicos.
    Conocer la matriz nutricional de los ingredientes y los requerimientos nutricionales no nos
    afirma lograr el desempeño esperado, para obtenerlo debemos asegurar el consumo por
    parte de los animales, muy importante tener esto último en cuenta para cerciorar que los
    animales expresen todo su potencial genético.
    Las necesidades nutritivas para cubrir los requerimientos de mantenimiento y producción
    son: agua, grasa o lípidos, hidratos de carbono, proteína, minerales y vitaminas.

    ENERGÍA: Los hidratos de carbono, las proteínas y las grasas o lípidos cubren la mayoría
    de las necesidades calóricas del cerdo (DeRouchey, Kansas S.U). Las necesidades
    energéticas de los cerdos son la resultante de la suma de la energía necesaria para su
    mantenimiento (funciones fisiológicas, regulación de la temperatura corporal, actividad
    muscular, etc), más las necesidades energéticas para producción.
    Debemos conocer el contenido energético de los alimentos, los cuales pueden expresarse
    en calorías (cal), Kilocalorías (Kcal), o Megacalorías (Mcal), también en Julios (J) (NRC
    2012).

    Este contenido energético primero se expresa como Energía Bruta (EB), que es la cantidad
    de energía producida cuando un compuesto está completamente oxidado (NRC 2012). Esta
    EB no es considerada al momento de formular dietas, ya que parte de ella no es
    aprovechada por el cerdo.
    Energía Digestible, es la energía bruta menos la energía que se pierde por materia fecal.
    También debemos considerar la energía que se pierde por orina (calculada por la excreción
    de nitrógeno) y por gases (metano) que al restarla de la energía digestible, se obtiene el
    valor de Energía Metabolizable (E.M).
    La Energía Neta (E.N.) es la resultante al descontar de la E.M. la energía perdida por el
    incremento calórico resultado de la ingestión y digestión de alimentos (fermentaciones
    microbianas, movimientos del tracto gastrointestinal, acciones enzimáticas, etc).

    PROTEINA: Los cerdos necesitan incorporar aminoácidos, los que puede sintetizar
    (Aminoácidos No Esenciales) y los que no son sintetizados por el organismo (Aminoácidos
    Esenciales), la única forma de incorporarlos es mediante la dieta, luego de su digestión, los
    aminoácidos se absorben a nivel intestinal, y son utilizados por el organismo para la síntesis
    de proteína a nivel hepático, formación de músculos, síntesis de hormonas, enzimas, etc.
    Esta proteína es aportada por los cereales (maíz, trigo, sorgo, etc) los cuales proporcionan
    entre 30 y 60 % de los requerimientos totales de aminoácidos esenciales (NRC 2012): para
    cubrir el resto, es necesario una fuente de mayor aporte de aminoácidos como son las
    harinas de soja o harinas de origen animal, y también mediante la inclusión de aminoácidos
    sintéticos, que permiten un equilibrio en la composición del alimento balanceado.
    Las necesidades de aminoácidos varían según la edad y el peso, siendo porcentualmente
    más alta en animales más jóvenes, disminuyendo éste cuando aumenta el peso corporal.
    Si alguno de estos aminoácidos esenciales es limitado en la dieta, la síntesis proteica, la
    ganancia de peso y la conversión alimenticia perderán eficiencia.

    Existe una relación entre el consumo de energía y la deposición de proteína, a medida que
    aumenta el consumo energético, la deposición de proteína aumenta linealmente, hasta un
    punto donde se alcanza la capacidad máxima de deposición proteica (meseta que varía
    según la línea genética), superado este límite comienza la deposición grasa.

    VITAMINAS: Las vitaminas son compuestos orgánicos imprescindibles para un adecuado
    funcionamiento fisiológico (crecimiento, inmunidad, reproducción y mantenimiento).
    Si bien algunas vitaminas las puede producir el mismo organismo, éstas no alcanzan para
    cubrir las necesidades, y deben ser incorporarlas en forma equilibrada a través del alimento
    balanceado.
    Los requerimientos diarios de vitaminas son bajos, muchas de ellas actúan como un
    catalizador metabólico (coenzima en el metabolismo de los nutrientes), y otras tienen
    funciones esenciales.
    Es necesaria la inclusión de vitaminas (liposolubles e hidrosolubles) al momento de formular
    una dieta balanceada, ya que las vitaminas contenidas en los cereales pueden no estar
    disponibles o perderse durante el almacenamiento (DeRouchey, Kansas S.U), también esta
    pérdida se puede exacerbar durante los procesos de extrusión o pelletización.

    MINERALES: Los minerales son nutrientes esenciales que, dependiendo del nivel de
    requerimientos, se clasifican en Macrominerales (Ca, P, Na, Cl, Mg, K, S) cuyas
    necesidades son en %, g/kg o g/d., y Microminerales (Zn, Cu, Fe, Mn, Y, Se, Co, Cr, F)
    donde sus necesidades son en mg/kg (ppm) o mg/d.
    Los minerales en el organismo cumplen funciones estructurales como formar parte del tejido
    óseo y muscular (Ca, P, Mg), de las membranas celulares (Zn, P).
    Algunos minerales (Na, Cl, K, Ca y Mg) se encuentran en los fluidos corporales en forma
    de electrolitos, forman parte de enzimas, o participan como cofactor de reacciones
    enzimáticas, también presentan funciones antioxidantes y mejoran la inmunidad.
    Para que los minerales cumplan sus funciones específicas, deben ser ingeridos y
    absorbidos por el organismo en forma adecuada, esto depende de la edad del cerdo, etapa
    de producción, forma química, factores ambientales y cantidad suministrada, ya que el
    exceso de alguno de ellos pueden disminuir la absorción de otros.

    AGUA: El agua es un nutriente más dentro de la dieta, considerándose de gran importancia.
    Los cerdos la obtienen del alimento (4-6%), del metabolismo de los nutrientes (hidratos de
    carbono, grasas y proteínas) 5- 10% y del agua de bebida (75-80 %), ésta última debe ser
    libre de contaminantes y suministrarse a volumen adecuado según la categoría y
    condiciones ambientales.

    Un suministro inadecuado de agua por contaminantes o por volumen deficiente (Flujo
    deficiente), afectará el normal consumo de ésta y por consiguiente una disminución en el
    consumo de alimento, perjudicándose la producción y el desempeño de los animales.

    M.V. Marcelo Pooli
    Dpto. Técnico Bioter S.A.


    Referencias Bibliográficas:

  • Committee on Nutrient Requirements of Swine. Nutrient Requirements of Swine.
    Washington D.C. 2012.
  • MF-2298. Kansas State University Agricultural Experiment Station and Cooperative
    Extension Service. 2007
  • Noblet, J; Seve, B; Tran, G. Valoración Energética y Proteica de Alimentos para
    Porcinos: Propuestas Francesas. XX Curso de Especialización FEDNA. Barcelona.
    2004.
  • Hees, van Hubért. Avances Recientes en Nutrición de Cerdos en Crecimiento:
    Efectos Nutricionales y Funcionales de Ingredientes Alimenticios y Nutrientes. XXVIII
    Curso de Especialización FEDNA. Madrid. 2012.
  • Alava Hidalgo, E. Tesis de Grado para la obtención del Título de Ingeniero
    Agropecuario. Ecuador. 2006
  • Marotta, E; Lagreca, L; Tamburini, V. Requerimientos Alimenticios Adaptados al
    Porcino Moderno y Calidad de Carne. Veterinaria Cuyana. 2009
  • El desafío de nutrir bien a las hiperprolíficas

    Bioter una vez más ha estado presente en Fericerdo, exposición integral de Producción Porcina realizada cada dos años en el INTA de Marcos Juárez, Córdoba.

    En este video realizado por “El Productor Porcino” Eugenia nos cuenta sobre los desafíos nutricionales que aparecieron frente a los avances genéticos en cerdas madres. Nuestra propuesta para explotar al máximo la capacidad productiva de la hembra es ajustar la nutrición en la preparación de las cachorras y en las cerdas gestantes a los requerimientos de cada etapa.
    Queremos agradecer a todos los productores que se acercaron a nuestro stand.
    MV, Eugenia Proclemer.
    Departamento Técnico y Comercial de Bioter